Reseña historica

Historia

 

1.- FIESTA DEL CORPUS

La liturgia de la Iglesia primitiva, según se deduce de los Hechos de los Apóstoles, S. Pablo, Santos Padres, etc. se centraba en la celebración de la Eucaristía y la festividad principal era el Jueves Santo.

Apartir de la reserva que se hacía de hostias consagradas en la misa para llevar la comunión a los enfermos e impedidos que no habían podido asistir, surgen, en la Edad Media y siglos posteriores, otras formas distintas de culto a la Eucaristía: El sagrario (en forma de cofre que se guardaba primero en la sacristía o lugar reservado; después, en capillas específicas y, más tarde aún, en el altar mayor). La Exposición del Santísimo en un ostensorio parecido a los relicarios; la Bendición con el Santísimo a los fieles y campos, las visitas al Santísimo con rezos especiales (“estación”), indulgencias, etc.; Adoración nocturna (s.XIX) y perpetua (ordenes religiosas dedicadas a adorar al Santísimo); Cofradías y Hermandades eucarísticas, procesión del viático, congresos eucarísticos con sussolemnidadesy, lo que ahora nos interesa, la festividad y procesión del Corpus Christi.

En el S.XI se produce una reacción contra la herejía de Berengario, que negaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Para afirmarla la Iglesia establece que el sacerdote eleve la hostia y el cáliz después de la consagración, para ser adorados.

En los siglos XVI – XVII se produce la Reforma protestante que daba sólo un sentido simbólico a la Eucaristía. Frente a ello, la Iglesia Católica convoca el Concilio de Trento, que produciría la auténtica Reforma que la Iglesia necesitaba (llamada “Contrarreforma”). En Trento se reafirma la presencia real de Cristo en la Eucaristía y se establecen los modos adecuados de culto.

La fiesta del Corpus Christi

Promovida a partir de 1193 por la beata Juliana, priora del monasterio de Mont-Cornillón (+ 1258) Desde niña tenía visiones en las que veía la luna llena con una mancha: la Iglesia triunfante a la que faltaba una fiesta dedicada al Corpus. Fue establecida como fiesta diocesana por el obispo de Lieja en 1246. Extendida como fiesta universal de toda la Iglesia en 1264 por el Papa Urbano IV, Bula Transiturus. Fijó su celebración el jueves siguiente a la octava de Pentecostés y debía celebrarse con “toda pompa y celebridad”. La Procesión del Corpus se establece en 1316 por Juan XXII.  En España la primera procesión se celebra en Barcelona, en 1319.

La festividad y procesión del Corpus se solemniza espacialmente durante los siglos XVI y XVII como signo diferenciador de los católicos frente a los protestantes y se utiliza como instrumento de desarrollo de las ideas de la Contrarreforma.

1.2.- La procesión del Corpus en Lucena.

Siglos XVI-XVII:

El Concejo ordenaba barrer las calles del recorrido, alfombrarlas con plantas aromáticas, juncia, gayombas…y levantar altares en distintos puntos relevantes con colgaduras, espejos, cuadros, cornucopias, etc.

La tarde anterior se celebraban vísperas solemnes en la parroquia y se adornaban con luminarias de tacilla los edificios importantes.

En el mercado, el día anterior, se adornaban los puestos y se vendía la carne libre de impuestos.

Se organizaban corridas de toros, novilladas, capeos o cuerda… corriendo el Concejo con la mayor parte de los gastos hasta el punto que el Corpus se convertía en la mayor celebración del año.

Acompañaban a la procesión:

Todo el clero secular y comunidades religiosas.

Cofradías y hermandades.

La Corporación acudía a la procesión con sus mejores galas, llevando el alférez mayor el estandarte.

Danzantes de diversas clases:

Niños: bailando y cantando “chançonetas”, vestidos con trajes de tafetán bermejo y lienzo, zapatos y medias calzas (todo pagado por el Concejo).

Danzas de cascabel: así llamados por tener los danzantes campanillas en las libreas.

Danzas de Sarao: más aristocráticas, influidas por bailes de sociedad, con lujosas libreas y numerosos instrumentos de percusión y cuerda.

Danzas de gitanos (Hay noticias de Amador Heredia).

Danzas de negros o bailadas por negros (Diego de Gálvez).

Danzas de romeros, de espadas, de moros y cristianos, etc.

La figura del “diablillo”, un personaje así vestido que golpeaba a los a los chiquillos con unas vejigas infladas sujetas en una vara.

Escenificaciones del Antiguo Testamento: El Arca de Noé…

Figuras alegóricas: “Tarasca” con siete cabezas simbolizando a los siete pecados capitales; Gigantones representando a la Geografía, la Arquitectura, Náutica, Astronomía, Música…(según D. Antonio Tenllado y Mangas).

Carretas adornadas de flores y cintas.

La tropa acuartelada en Lucena.

El “GRIFO”: animal fabuloso que simbolizaba el mal y contra el que luchaba un “armao” a mandobles de espada y escudo. Debía ser como un dragón: una estructura revestida de largos faldones de telas pintadas con escamas. Se elevaba mediante cuatro horquillas que portaban cuatro hombres; cabeza de cartón, en el extremo de una vara larga, que abriría y cerraría la boca mediante una carrucha. Collarín, alas y cencerros completarían el ornamento del monstruo. Estas representaciones se hacían en el Coso, en un “tablao”.

Otras actuaciones: En 1583 se pagó 10 ducados a dos personas (el italiano Flaminio y otro) que “voltearon, volaron y bailaron por una maroma” en su lucha contra el “grifo” (casi circense).

S. XVIII: Con la mentalidad ilustrada se suprime la mayor parte de estas representaciones populares. Carlos III las prohibe en Madrid en 1772 y, en toda España en 1780 por considerarlas “cosa de barbarie”.

S. XIX: En Lucena sólo acompañan al Santísimo niños vestidos de ángeles. (En Sevilla quedan los “seises”; en Granada y Toledo, “la Tarasca” con gigantes y cabezudos, pero ya salen el día anterior, no acompañan a la procesión).

1.3.- Itinerario

Plaza Nueva, Jardín, Sta. Catalina, Las Torres, Salidos, S. Francisco, Clavija, Alta y Baja, Arco de S. Jorge, La Villa y S. Mateo.

En 1974 el Cabildo de Oficiales aprueba un itinerario variable de modo que la procesión del Corpus pueda recorrer en años sucesivos los distintos barrios de la ciudad. A partir de esta experiencia, en el 2008 se aprueba volver a un itinerario único que recorra barrios o calles de las cuatro parroquias.

 1.4.- Procesión por la tarde

El 16 de Mayo de 1885 León XIII concede al Concejo, que lo había solicitado, el privilegio de sacar la procesión del Corpus por la tarde después del toque de vísperas.

2.- LA CUSTODIA

El uso de la Custodia se remonta a la creación de la festividad del Corpus.

En Italia y Alemania se utilizan custodias de pequeñas dimensiones. En Francia y España, de grandes dimensiones.

Al principio, en forma de sarcófago o urna, simbolizando el sepulcro de Cristo. En los ss. XIV –XVI, en forma de templete (como el de Lucena) y de torre (como la de Córdoba o Toledo). Más adelante, en forma de sol fulgente.

En España se producen obras maestras de orfebrería: Las custodias góticas del s. XV de Barcelona, Gerona, Vich o Valencia. Las del s. XVI construidas por la familia Arfe: Las de Córdoba o Toledo, por Enrique de Arfe; la de Santiago o Medina de Rioseco, de Antonio de Arfe; las de Ávila, Sevilla o Valladolid, de Juan de Arfe; la renacentista de Baeza, obra de orfebre antequerano…

2.1.- La custodia de Lucena

Es del s. XVII. Para algunos el autor es el platero cordobés Sánchez de la Cruz. El autor del templete de plata es de Cristóbal Reina, platero lucentino de la Plaza Nueva.

El templete es de plata en su color y alberga un gran ostensorio – la custodia- de plata dorada con dos ángeles a los lados. Es de planta cuadrada con cuatro columnas de fuste estriado, arcos de medio punto culminados por frontones partidos que enmarcan la cúpula sobre tambor. Motivos decorativos de carácter floral. Un grueso cordón de hojas rodea el tambor. La media naranja, dividida en ocho secciones, presenta en las cuatro mayores –iguales y opuestas- el escudo de Comares y el de éste con el del ducado de Segorbe y Cardona. Sobre la cúpula, un jarrón, un cupulín y cruz. En los extremos de los frontones, cuatro pináculos.

Medidas: 65 centímetros de lado. Altura hasta la cúpula: 119 centímetros. La cúpula tiene 32 centímetros de alto y 60 centímetros de diámetro.

2.2.- La carroza

En principio, el templete era portado a hombros por cuatro sacerdotes que se turnaban a lo largo del recorrido. Más adelante, finales del s. XIX, (ignoramos los motivos ya que se han perdido las actas) se lleva en una carroza de madera tallada y dorada. En 1965 se estrenan las andas actuales, de metal plateado.

3.- Capilla Sacramental de San Mateo

En principio, el Sagrario estaba situado en la capilla de cabecera del lateral del Evangelio, dedicada a la Asunción y que hoy ocupa la Inmaculada.

En los años centrales del s. XVII se trasladó al Baptisterio, cuya capilla tenía la advocación de Monserrat, y que hoy es del Cristo del Amor y allí estuvo hasta que en 1772 se trasladó a la nueva Capilla Sacramental.

3.1. Breve historia.

La construcción se comenzó el día 16 de agosto de 1740, según proyecto de don Leonardo Antonio de Castro, que moriría cuatro años después, en 1744. Era presbítero, natural de Lucena, célebre arquitecto y pintor singular. La decisión de construir esta capilla fue tomada en junta general de la Archicofradía del Santísimo Sacramento de esta ciudad, siendo hermano mayor de la misma D. Fernando Recio Chacón de Rojas. Los gastos corrieron a cargo de la cofradía. La construcción duró treinta y dos años, siendo terminada el día de San José del año 1772.

En julio del año 1742 quedaron las paredes hasta la altura de cinco varas y en noviembre de 1743 quedó colocada la última cornisa “ que se echó de jaspe”.

La magnífica madera para la armadura de la cúpula fue adquirida en agosto de 1746 (madera de pino de la Sierra de Segura, como la del retablo de San Mateo). En esa misma fecha se colocó el balcón de la sala de juntas. En el año 1749 quedó terminada la media naranja.

En el año 1751 se labraron las artísticas pechinas destinadas a los cuatro evangelistas, situadas en las cuatro esquinas de la capilla, y en ese mismo año se trajeron de Sevilla las soberbias cornucopias y todos los espejos y espejitos que adornan las paredes.

En 1763 quedó terminada la maravillosa portada que da acceso a la capilla, obra del excelente cantero lucentino Juan del Pino Ascanio, pagándose por ella 23.787 reales de vellón, y en 1768 fueron traídas de Úbeda las magníficas esculturas de los evangelistas, ejemplares perfectos del arte barroco ejecutados por el escultor de Jaén, José de Medina (autor también de la excelente talla del S. Lucas que se encuentra en la parroquia de Sto. Domingo y que se estrenó en la procesión que las cofradías celebraron con ocasión de la bendición de la capilla del sagrario).

En 1771 se colgaron las grandes puertas de acceso a la capilla, modelo de lo más perfecto salido de manos del maestro carpintero lucentino Agustín Díaz Cantero. Los tres grandes óleos que adornan las paredes fueron pintados, según unos, por unos pintores romanos que casualmente se encontraban en Lucena en aquella época; según otros estudiosos, son de Jerónimo López y Juan de Dios Fernández. Fue maestro de obras Jerónimo Ramírez, también lucentino.

El día dos de mayo de 1772 tuvo lugar la bendición y dedicación del nuevo sagrario, que se hizo con toda solemnidad y participación del clero y seglares, cofradías con sus estandartes y hermanos mayores a la cabeza, así como los diputados presididos por el corregidor. Los actos y fiestas organizadas en la ciudad, por tal motivo, se desarrollaron durante once días, hasta el 13 del mismo mes de mayo.

 

3.2.- Características de la construcción.

La planta de la capilla es octogonal, que se agrega al templo de S. Mateo al pié de la nave de la epístola. Por fuera, la construcción está dividida en dos cuerpos de formas distintas, lo que acentúa el contraste entre ellos: el inferior, de robusta cantería, es de forma octogonal, mientras que el superior, más ligero y elegante, es de aspecto circular. La cubierta es cónica, revestida de tejas vidriadas.

Al igual que otras construcciones de Andalucía se caracteriza por la sobriedad de la envoltura exterior en contraste con la fastuosidad y riqueza ornamental interior. El alzado, de proporciones singularmente acertadas, carece de efectos de masa, espacio e iluminación, característicos de la arquitectura barroca. El dramatismo se consiguió de otro modo: por medio del esplendor de su revestimiento decorativo, donde destacan los mármoles polícromos, la madera y el estuco. Aunque no se prescinde de elementos arquitectónicos como pedestales, entablamentos, pechinas, arcos, etc., éstos no tienen una función estructural sino decorativa, para poner orden y disciplina en la abigarrada decoración.

De toda la decoración de la capilla, la de la cúpula, que se llevó a cabo primero, es la que resulta más clara y lógica en cuanto a su ordenación, quizás porque conserva mejor la impronta de Leonardo A. De Castro. Presenta trozos de cornisamento, volutas, cartelas, estípites y molduras. Conforme bajamos en el espacio advertimos cómo durante los años que dura su terminación influyen distintas tendencias: superficies planas destinadas a recibir el revestimiento decorativo: festones, frutas, flores, guirnaldas y hojas de acanto.

La aportación de Pedro de Mena en yeserías, escultura, construcción y dorado del baldaquino es muy interesante.

Uno de los rasgos más llamativos de esta capilla sacramental es la policromía. Para los fondos se utiliza el color rojo, el azul ultramar y celeste, mientras con el oro se pretende dar mayor riqueza al conjunto.

La Capilla Sacramental de San Mateo se distingue por la exquisitez de su factura, resultado de la intervención de artífices de singular destreza, siendo la mayor parte de ellos hijos de Lucena.

4.- Catalogación

La Capilla Sacramental, junto con el resto de la construcción parroquial, fue catalogada por la Junta de Andalucía como Bien de Interés Cultural, con fecha 19 de diciembre de 2000.